things that make me happy!: mexico city

Hoy he decidido escribir sobre la ciudad que me vio nacer, desde que llegue hace 10 años a tierras españolas, la gente no deja de preguntarme cómo es vivir en D.F.. Comenzaré por decir que sí, que es, una ciudad inmensa, hay aproximadamente 17 millones de habitantes, por lo cual siempre he dicho que es como muchas ciudades en una sola. Normalmente y con un poco de suerte, tu vida laboral, escolar y social transcurre por la zona en la que vives. Si la gente en Madrid se queja de los atascos infernales, nunca han conducido por la Ciudad de México un viernes de quincena, eso sí que es infernal. Aquí hay que armarse de paciencia porque en todos los lugares hay filas interminables, recuerdo que un día quejándome en la fila para comprar entradas en el cine mi amiga N! me dijo, ni te quejes en esta ciudad somos tantos que ya deberías estar acostumbrada. Pero a pesar de toda la gente, los coches, la contaminación y la intensidad, es una ciudad maravillosa. Aunque hay que tener mente abierta porque es difícil entenderla hasta para los que hemos nacido aquí.
Es una ciudad llena de contrastes, hay zonas muy pobres, sucias y violentas al lado de otras lujosas, limpias y modernas. Muchas veces he pensado que un chilango (así nos dicen a los que nacimos aquí) no tiene mucho que envidiar a un europeo, en ésta ciudad hay de todo, los mejores restaurantes, bares, clubs, hoteles, tiendas, museos, conciertos, festivales, etc, etc, etc. Tenemos un centro histórico majestuoso, lleno de palacios que comparten espacio con ruinas arqueológicas y una catedral que te hace ser consciente de lo impresionante que tuvo que ser la ciudad cuando llegaron los españoles.
Cuando la Secretaría de la Naturaleza (que mi madre dice que es la única que funciona al 100%) limpia la ciudad con sus fuertes vientos, tenemos unos días cristalinos de cielo azul donde logramos ver las hermosas montañas y volcanes que rodean al maravilloso valle de México.
Ésta ciudad vibra, no duerme ni se detiene. Aquí puedes ir al supermercado a la hora que quieras, los bancos están abiertos hasta tarde y todo abre hasta los domingos.
Tenía 24 años cuando me marché y he visto desde la distancia su evolución, las obras son muy pesadas; he vivido también las de Madrid, pero al final el resultado es bueno. Me encanta ver a mis paisanos en bicicleta, buscando alternativas para el tráfico. Tal vez ahora la veo con ojos de turista porque no tengo que vivir su día a día, pero la veo linda y con futuro. Disfruto redescubriéndola y redescubriéndome a mi misma en ella. Cada día me convenzo más de que soy chica de ciudad y no de cualquiera, sino de esas ciudades intensas que te llevan al límite pero que te dan muchas cosas a cambio. Recomiéndo al máximo visitar la Ciudad de México, hay que tener tiempo para verla con calma. Sé que encontrarán sus favoritos. En definitiva mi ciudad natal no deja indiferente a nadie.