Taller de joyitas...

Hace unas semanas estuve en un taller de joyitas para aprender las técnicas más básicas para poder ensamblar tus propios collares, pulsera y pendientes. El lugar, la tienda ada en Barcelona y la profesora Elena, la dueña del lugar. La experiencia me encantó sinceramente cada vez me sorprendo más de descubrir que esto de construir cosas con mis propias manos es lo que me hace realmente feliz. Elena es super linda y tiene toda la paciencia del mundo, me sentí como en casa con amigas jugando a diseñar joyitas. La mañana fue muy productiva el resultado, un collar, dos pulseras y un par de pendientes pero sobre todo me dejo una sonrisa enorme. Les recomiendo mucho entrar al blog y ver todos los talleres que tienen pero sobre todo darse una vuelta por la tienda porque es muy linda.

Mi amor por los parques...

No hay nada que me haga más feliz en esta vida que disfrutar de un parque. A pesar de que me encanta el agua (es mi elemento favorito) disfruto mucho de los días playeros y no hay peor tortura para mí, que estar cerca de una piscina y no poder tirarme de cabeza, la tranquilidad y paz que me da un paseo por un parque es increíble sobre todo cuando está ubicado en medio de una gran ciudad, donde puedes ir ahí para desconectar. Ver como cambian de color a lo largo del año, como se llenan de vida en el verano y de silencio en el invierno es algo que me hace muy feliz. Sola o acompañada los disfruto igual, con café y libro para el frío o con una manta para hacer un pic nic nocturno en verano. Total que me encantan y ahora mismo me encantaría estar por ejemplo en Berlín disfrutando de una caminata otoñal en alguno de sus maravillosos y muy recomendables parques.

Imágenes Valeria Díaz

un regalo especial...

Increíble ya estamos en noviembre, no nos queda nada para terminar el 2012, no sé si es porque me hago mayor pero cada vez los años se me hacen más cortitos creo que aún no digiero 2011 y ya casi llegamos a 2013 plof.
Estos últimos días me he dedicado a hacer una limpieza profunda en mi hogar, aunque ya había hecho una muy intensa en enero decidí que aun quedaban cosas por ahí que ya no utilizo, confieso que me cuesta desprenderme, pero bueno i'm working on it y éste fue un buen ejercicio.
El resultado, una bolsa gigante de ropa y zapatos que pienso donar y un montón de productos de belleza caducos puff mi casa se siente ligera realmente ligera.
Con tanto mover, buscar y tirar, me reencontré con algo que me ha acompañado desde 2009 uno de los mejores regalos que me han dado nunca y eso que siempre ha estado colgado en la pared pero aveces de tanto mirar uno deja de ver. Por aquellas épocas yo tenía un novio teutón, su padre es carpintero y la primera vez que estuve en casa de sus padres me quede maravillada, todo lo que había de madera estaba diseñado y hecho a mano por él. Tomando en cuenta que el novio teutón es economista doble sopresa con el papá creativo. Lo que más llamo mi atención fue que por todas las habitaciones habían colgados del techo móviles hechos de madera y cristales, recuerdo pensar que si supiera hacer eso, seguro mi casa estaría llena de ese tipo de artefactos, porque eran totalmente yo.
El novio teutón se quejaba todo el rato de que a él no le hacían mucha gracia porque no paraba de darse en la cabeza con ellos (los inconvenientes que tiene, ser tan alto) y yo que no paraba de decir que me encantaban. En esa visita el último día el padre quito uno y me lo regalo, me explico que cada círculo estaba hecho de una sola pieza y por supuesto todo hecho con sus manos. Un super regalo de una persona especial que aunque nuestra comunicación era casi nula por la barrera del idioma compartimos ese momento conectados por ese objeto. 
Ahora ya nada de eso es parte de mi vida pero si el artefacto, que sigue siendo muy especial pero por él mismo. Así que hoy por fin le he encontrado su lugar ideal, por fin está cerca de una ventana donde el  sol entra para poder llenar la habitación de luz y muy buena vibra. Gracias a todas las personas especiales que se han cruzado en mi vida.

El regalo especial en su nuevo lugar.

Imagen Valeria Díaz