El sábado pasado aprovechando que las tiendas estaban de nuevo abiertas mi amiga R! y yo nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, sin ningún rumbo o plan específico simplemente disfrutar del buen clima después de la lluvia. Al ir bajando por Paseo de Gracia nos encontramos con la Galería Loewe, al entrar descubrimos que es un pequeño museo de la marca y que lleva unos 15 días abierto siempre paso por ahí en el bus cuando vuelvo de la escuela y tenía mucha curiosidad por entrar. La experiencia fue genial, hay chicas acompañándote durante el recorrido para explicarte los espacios, las piezas y un poco de la historia de Loewe. Me enteré por fin que el Sr. Loewe si que era Alemán pero la marca es 100% española. Aprendí todo el trabajo que hay detrás del famoso bolso Amazona, nuestra guía, una chica de Armenia, nos hizo sentir como en casa. Lo mejor es que todo se puede tocar y fotografiar. El primer espacio esta dedicando al famoso bolso, puedes ver como los artesanos trabajan en su fabricación y todas las opciones que tienes para personalizarlo. Nos explicaron que en la galería tienen piezas únicas de este bolso que si te gustan también puedes comprar. Si decides subir te encuentras con una de las cosas que más disfrute de la visita, un árbol forrado con todas las pieles que utilizan en sus bolsos para que puedas experimentar con las texturas y colores, es un árbol que te pide que lo toques y de esa manera interactúa contigo. Al seguir subiendo te encuentras una muestra de objetos antiguos de la marca que la galería ha ido recuperando de particulares algo increíble es que a pesar de la edad de estos objetos siguen siendo muy actuales. En este espacio acompañando a las piezas y fotografías han creado una sala de estar con vistas maravillosas al paseo de gracia en donde te puedes sentar a pasar un buen rato y leer, estas rodeado de libros que no son decoración sino compañeros ideales para disfrutar este lugar tan acogedor. La verdad es que uno entra en este lugar un poco como entrarías a la tienda Loewe y cuesta un poco relajarse para poder toquetear todo y disfrutar, pero las chicas lo hacen muy bien mi amiga R! y yo salimos encantadas de la vida si hubiéramos tenido el dinero seguro que salíamos directas a la tienda a comprarnos cositas. La mejor parte para mí fue el espacio que tienen dedicado a las sedas que también si te gustan puedes comprar. En ese espacio tan particular te encuentras un pedazo de seda enorme bailando al son del viento generado por unos ventiladores colocados en círculo, ahí hay un espacio para sentarse a contemplar la seda que hipnotiza con su movimiento. No paré de repetir WOW durante todo el recorrido, me encantó que una marca como Loewe abra un espacio como este para compartir su alma y su historia con todos. Me quede enamorada del lugar y pienso regresar mil veces.
Imágenes Valeria Díaz
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